¿QUE ES LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA?

Las enfermedades renales, en general, se conocen como nefropatías. Tienen una evolución variable:
La labor de limpieza de los riñones se determina mediante la medición a través de análisis de sangre en los que se ven los valores de las sustancias que deben eliminarse por la orina. Esencialmente, se tiene en cuenta los elevados niveles en sangre de urea y creatinina respecto a las cifras establecidas en una persona sana, ésto nos va a dar una idea de la importancia del fallo renal que podemos padecer.
a) ¿Qué es el filtrado o aclaramiento renal?
Aunque los valores en sangre dan una idea muy clara de la situación, lo más exacto para medir el grado de función renal, es establecer una comparación entre las sustancias que se eliminan realmente, frente a las que se tendrían que eliminar en una persona sana. Para ello, se recoge la orina durante 24 horas y se mide la creatinina eliminada en la cantidad de líquido evacuado en ese periodo. Con el resultado de la creatinina medida en sangre y en orina, se calcula el nivel de filtrado o aclaramiento renal.
b) ¿Qué otros valores se miden habitualmente?
El potasio, bicarbonato, calcio, fósforo y glóbulos rojos, es lo más habitual en los controles periódicos para que el nefrólogo pueda tener una visión lo más clara posible del funcionamiento de los riñones. Los valores que resulten del análisis en sangre, indican la evolución de la función renal y, cómo actúan las medicinas y las dietas que se nos hayan pautado.

LOS RIÑONES, ¿CÓMO SE MIDE EL FUNCIONAMIENTO?

La enfermedad renal crónica es una afección que indica que los riñones están dañados. Los riñones dañados no pueden mantener la salud corporal. No pueden filtrar la sangre lo suficientemente bien, y por tanto, no pueden hacer sus funciones todo lo bien que deberían.
La enfermedad renal no se produce de manera espontánea. Se desarrolla lentamente, y en distintas fases. La mayoría de las personas, en los primeros estadios de la enfermedad, no presentan síntomas aparentes. Es posible que ni siquiera sepan que algo no funciona correctamente. Pero si se detecta y se trata a tiempo, la enfermedad renal puede ralentizarse o incluso, detenerse.
Si la enfermedad renal empeora, es posible que se acumulen desechos no deseados en niveles más altos de lo normal en la sangre y esto produzca malestar general. Es probable que aparezcan otros problemas como presión arterial alta, un descenso de glóbulos rojos (anemia), debilidad ósea, pérdida de apetito o daño nervioso.
Si la enfermedad continúa empeorando, se puede llegar a producir una insuficiencia renal. Esto quiere decir que los riñones ya no trabajan lo suficientemente bien como para mantenernos con vida mucho tiempo, y por lo tanto necesitamos un tratamiento sustitutivo que nos permita seguir viviendo. Este tratamiento puede ser, la hemodiálisis, la diálisis peritoneal o un trasplante de riñón.

LOS RIÑONES, ¿QUE HACEN?

La función primordial de los riñones es eliminar el exceso de líquidos y sustancias no deseados disueltos en la orina. Los riñones se encargan de mantener el equilibrio de sustancias disueltas en el agua de nuestro cuerpo. Producen orina en función de la cantidad de comida y líquidos que se hayan consumido y de la cantidad evacuada por otros medios como son las heces y el sudor.
Los riñones producen la orina y tras pasar por los uréteres se almacena en la vejiga. Cuando esta ha alcanzado su máxima capacidad, la orina sale al exterior por la uretra. En condiciones normales la cantidad de orina que se produce diariamente oscila alrededor de un litro y medio, debiéndonos alertar si la cantidad es mucho menor o mayor o si la orina presenta un aspecto turbio, rojizo o demasiado claro.
Los riñones reciben gran cantidad de sangre, que contiene agua con muchas sustancias disueltas o en suspensión, a través de sus arterias. La sangre circula constantemente por los dos millones de pequeños filtros (llamados glomérulos) que contienen los riñones. En los glomérulos es donde se filtra ese líquido que dará origen a la orina y que luego eliminamos. Según las necesidades de los riñones concentran más o menos la orina.
Los productos que tiene que eliminar son, sobre todo, los restos no útiles de las proteínas que contienen los alimentos y que se han utilizado para la renovación continua de la estructura corporal: músculos, sangre, huesos, etc. Los desechos más abundantes, incluidos en la orina, y que se solicitan más a menudo en los análisis son: urea, creatinina, ácido úrico, calcio, fósforo y otros.
También otras sustancias se eliminan disueltas en el agua de la orina, por ejemplo, muchos medicamentos. Esto es importante ya que estos medicamentos no podrán ser eliminados del organismo adecuadamente cuando se reduce mucho la función del renal.

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